
Para solicitar un préstamo hay que dar en cambio una garantía de que hará la devolución del dinero. Un aval es la figura más utilizada, pero existe una gran variedad de estos. ¿Qué clases de avales existen? ¿Cuáles son los solicitados por los prestamistas particulares? Acá te mostramos todo sobre este respecto.
El aval de un préstamo
Un aval es una figura con la cual se da garantía de que se cumplirá la responsabilidad del préstamo. En caso de que se produzca un impago, los prestamistas particulares o cualquier entidad harán uso del aval ofrecido. ¿Por qué se solicita un aval para un préstamo?
Normalmente se pide un aval cuando la capacidad de endeudamiento del cliente es mayor al 60 %. En caso de que surjan problemas para pagar el préstamo, entonces el prestamista tomará la garantía en cambio.
Cuando un prestatario figura una nómina, este documento avala el préstamo. Los bancos tradicionales pudieran solicitar un aval extra en caso de que el trabajador no posea más de 2 años laborando o sea trabajador temporal. De esta manera puede garantizar que se devolverá el dinero en el tiempo solicitado.
Prestamistas particulares aprueban préstamos con aval hipotecario
También se exige un aval cuando el importe del préstamo es alto. En la mayoría de los casos, los prestamistas particulares exigirán aval hipotecario para cubrir estos préstamos de elevado importe. Este aval será solicitado cuando la financiación sobrepasa el 80 % de lo que vale el inmueble.
Una de las ventajas de los préstamos de capital privado es que no se exige que la propiedad sea del titular de la financiación. Amigos y familiares pueden aportar el inmueble para avalar un producto de financiación. Los prestamistas particulares solo esperan que la propiedad no tenga deudas, o que la hipoteca sea menor al 20-30% de lo que vale la propiedad.
¿Qué pasa si no pago un préstamo?
Los préstamos con aval tienen la particularidad de que al caer en impagos el prestamista puede cobrar su garantía. Algunos se abstienen de solicitar un préstamo por temor de perder sus propiedades. Sin embargo, el cobro de una garantía no es un proceso que se dé a la ligera.
La nueva ley hipotecaria contempla que un prestamista no podrá cobrar la garantía hasta después de 12 cuotas impagadas. Por supuesto, los intereses de mora son un verdadero problema cuando se falta a los pagos. Si un cliente no desea pagar más de la cuenta, lo más recomendable es cancelar los intereses y el capital al día.
En caso de que un prestatario incurra en impagos reiterados, entonces se procede a cobrar el aval. Esto puede ser a través de un embargo, en caso de que el aval sea una vivienda, local o piso en España.
¿Dónde conseguir un préstamo con aval?
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